San Clemente ha puesto fin este domingo a su Semana Santa. Nuestro pueblo es tierra de tradiciones, de fe y de gentes pasionales. La Semana Santa aquí posee un aurea muy especial gracias a un marco artístico con una arquitectura renacentista que brinda a nuestras procesiones algunas de las fotografías más bellas de España y que rápidamente envuelven al visitante.
Las llamas encendidas acompañan al Cristo de la Agonía para mostrar su cara con una calidez cinematográfica como pocos lugares logran. La ternura y la angustia del rostro de La Piedad, el sufrimiento y la entrega de los ojos agotados de Nuestro Padre Jesús El Nazareno. Nuestra Madre Dolorosa cambia su mantilla blanca por su luto negro en viernes santo, y las manolas le acompañan del mismo color para que no esté sola en su dolor.
La Agrupación Musical San Clemente de la Mancha logra transportarnos con sus acordes a todo aquel que asiste a una de las citas procesionales. Una muy nutrida agrupación de jóvenes y veteranos de la localidad que desde hace años acompañan estos actos religiosos, dotándolos de un ambiente y un aurea que solo la música tan bien ejecutada puede otorgar.
A hombros de los hombres y mujeres de San Clemente, con sacrificio físico y espiritual, han procesionado obras de arte de gran belleza plástica, calidad técnica y sensibilidad religiosa. La Semana Santa de San Clemente posee algunas obras escultóricas del conquense Luis Marco Pérez, uno de los imagineros más destacados del Siglo XX en nuestro país.
Imágenes que inundan estas fechas las calles de San Clemente, que cada año amplían su programa de actos de fe en los que se recuerda y representa la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. Como la Procesión del Silencio con la Virgen Dolorosa, el Canto del Poderoso del viernes santo que recorre hasta el Campo Santo de San Clemente con gran solemnidad cantando La Pasión y realizando un vía crucis, o el intenso domingo de resurrección con la procesión del Resucitado y posteriormente la tradicional Subasta de las Andas de la Virgen de Rus, patrona de la localidad, en los soportales del antiguo Ayuntamiento renacentista en la Plaza Mayor abarrotada de sanclementinos.
Muchos de nuestros visitantes han descubierto cómo la Semana Santa de San Clemente es sinónimo de oler a incienso y cera entre las calles.